Controlamos todas las etapas de la producción y solo trabajamos con uva y vino propio. Tratamos de mantener el equilibrio perfecto entre tecnología y antiguas técnicas, todo ello para obtener la mejor calidad de uvas y después de vino.
De aquí deriva nuestra viticultura regida por directrices autoimpuestas muy estrictas y el trato exquisito a las uvas obtenidas gracias a la manipulación por gravedad durante todo el proceso de vinificación.
La bodega fue diseñada por Carlos el fundador y construida expresamente para la producción de vino de alta calidad y ecológico, garantizando el respeto a la uva y poder poner en práctica nuestras precisas directrices. La bodega también solventa con sobriedad los problemas con la eficiencia energética y térmica y además minimiza la generación de residuos.
En vendimia, nuestro director técnico y enólogo, decide que uva entra, cuando entre y su posible destino, en función de la variedad, procedencia y calidad de cada año, el mismo se encarga de su cultivo. El mismo decide qué proceso de vinificación es el más adecuado para esa materia prima selecta.
A partir de este momento deja paso a la levadura autóctona, para que haga la fermentación de los azucares y la fabricación de otras materias que caracterizan de manera no imitable nuestros vinos. Nuestras levaduras autóctonas toman el papel protagonista y dan diferenciación a nuestros vinos, rechazamos el uso de levaduras de laboratorio.